DEL SUEÑO DEL PROGRESO, HA DESPLAZADO CON HAMBRE, SIN TECHO Y SIN TRABAJO
Caminado entre la Pandemia y las Medidas del Gobierno
“… nos han botado del trabajo (...) estamos aquí 15 días y siguen aumentando la cuarentena, ya no tenemos plata, ¿conque vamos a comer? Queremos regresar a nuestras casas”, (Jerson Chanta; AFP).
El drama que se cuenta por miles:
Tres, cuatro, cinco hasta seis días caminando; de día y otras de noche; entre el sol ardiente del medio día y el frio hiriente de noche; se les ve por miles en pistas, cruzando desiertos, cordilleras y ríos; entre ancianos, adultos, jóvenes, niños y embarazadas, recorriendo la basta geografía de nuestro país, con la esperanza de llegar a su destino. Historias que se entre tejen entre la valentía y la incertidumbre.
Según los Gobiernos Regionales (GR), en total 170 mil peruanos buscan retornar a sus regiones de origen, el 90% de la capital Lima al interior del país. Aunque se estima que la cifra sería mucho mayor.
El recorrido, un tránsito peligroso:
Una de las primeras víctimas del desplazamiento fue Maykol Pariona Carbajal de 25 años, que encontró trágica muerte buscando volver a su hogar desde Ica, al ahogarse mientras intentaba cruzar nadando el río Pampas entre la frontera de Ayacucho y Apurímac, buscando retornar a su natal Cocharcas – Apurímac (OjoPúblico).
Otro caso es el de Teodicia Méndez, que trajo a su hijo a lima para que reciba tratamiento del estómago, sorprendida por la cuarentena y a falta de apoyo empezó su retorno caminando a su natal Huaras, pero en el trayecto entre Tuman, Huaricanga y Chasquitambo, el pequeño niño dejo de respirar en brazos de su madre (JS noticias).
Las medidas del gobierno y el desplazamiento:
La declaratoria de Estado de Emergencia Nacional (EEN) por dos semanas para frenar el avance del Covid-19 (DS Nº 044-2020-PCM), atrapo a miles de ciudadanos principalmente en la capital Lima y otras ciudades importantes del país que concentran las mayores fuentes de empleo (la industria, emporios comerciales, servicios especializados de salud, centros superiores de estudio, etc.), pero un tratamiento inadecuado de la pandemia hiso que se ampliara en tres oportunidades más. Estas ampliaciones del Estado de Emergencia, crearon una incertidumbre entre los trabajadores informales o independientes sobre la conclusión del estado de emergencia. A ello se suma la suspensión perfecta de labores (DU Nº 038-2020), por el cual perdieron sus empleos miles de trabajadores del sector privado que pasaron a engrosar las filas de los desplazados. Estas medidas, la declaratoria de Estado de Emergencia, las ampliaciones del EE. y la Suspensión Perfecta de Labores crearon las condiciones para que muchas familias comenzaran a romper el Estado de Emergencia emprendiendo largas marchas a sus lugares de origen.
“No tenemos trabajo, no tenemos ni cuartos (para vivir) y estamos aquí como ve, en espera de nuestros gobernantes…” (Geralth Rodríguez; El Comercio).
Desde el gobierno (RM 097-2020 PCM) se han emitido lineamiento para el retorno de las personas en situación de vulnerabilidad que buscan regresar a sus ciudades natales, para ello, los Gobiernos Regionales (GR) deben seleccionar albergues, hoteles y/o lugares acondicionados para ese fin, dotar de mascarillas y guantes, de alimentación y seguridad, aplicar Prueba Rápidas (PR), garantizar cuarentena, trasporte (2 pasajeros por fila dejando vacío los asientos adjuntos), etc. Sin embargo, el lineamiento no se cumplió a cabalidad por falta de decisión e ineficacia de los GR; muchos desplazados, desde los albergues denuncian la precariedad en la que se encuentran, la falta de servicios higiénicos, de cobijo, de alimentación, de hacinamiento, etc. Señalan que cada quien ha adquirido sus mascarillas y guantes, que temen contagiarse entre desplazados de Lima con los de otras Regiones. Se ha conocido que tras la aplicación de las PR un porcentaje considerable han dado positivo. Estas situaciones han llevado a la desesperación de muchas personas en los albergues (acondicionados), pues ya se han registrado protestas exigiendo que los dejen marchar o pasar la cuarentena en sus ciudades de origen, así también registrado fugas, e intentonas de motín en algunos albergues.
Una dura travesía, entre la indiferencia y la solidaridad:
“Más le temo al hambre que al coronavirus, … cuando me di cuenta que ya no tenía ahorros dejamos la casa alquilada (…) Allá (Huánuco) tengo lo que es mío: mi familia, mis hijos mayores que me pueden alcanzar algo siquiera, pero estando en Lima quién me ayuda. Nadie me va a dar nada. No he sido beneficiada ni con un kilito de arroz, ni con el bono del gobierno” (Elizabeth; OjoPúblico).
Pero no todo ha sido tristeza, aunque señalan que nunca olvidaran lo vivido, ellos han sido testigos no solo de la indiferencia de sus autoridades, sino también de las muestras incondicionales de solidaridad a lo largo de la dura travesía, personas empáticas que se pusieron en sus zapatos, que les alcanzaron un pan, una bebida, un sandwich, mote, alojamiento, o un “aventón”, etc. Solo la solidaridad los ha ayudado en su larga marcha.
Si bien es cierto que la pandemia no lo causaron los diferentes niveles de gobierno, nos queda claro que la crisis social y económica de los desplazados, si les corresponde, ya sea por la tardía reacción ante la pandemia o la ineficiente gestión de recursos o el mal cálculo en el descenso de la curva. Bajo el análisis del costo beneficio de las medidas de gobierno, queda claro, que los costos se facturaron a nombre de los que menos tienen, en ese grueso de trabajadores que representa el proletariado peruano. Así como también queda claro que la profunda desigualdad social de nuestro país se mantendrá como antes, después del Coronavirus, si el pueblo peruano no actúa con la suficiente vehemencia para revertirla.
¡Hay hermanos mucho por hacer…! (Cesar Vallejo).
Escrito por
Lic. en Educación con Especialidad en Filosofía, Psicología y CC.SS. (UNSAAC); Bach. en Derecho y Ciencia Política (UAC)
Publicado en
Editorial del articulo Faena vs "Faenon". Dedicado a la Reivindicación de la FAENA como valor social, cosmovisión, trabajo cooperativo.